miércoles, 8 de octubre de 2008

Campaña PPC: Protesta



Queridos lectores, les quería relatar una historia de mi vivencia personal.

Como algunos de ustedes saben yo estudio derecho en Chile, mi país natal. Pero la malla de mi Universidad no sólo obliga a los ramos de la carrera, sino también a electivos que sean de otras áreas, es así como yo llegué a un curso que se llama Taller de cuentos.

El martes me tocó leer el principio de mi nueva obra original- una novela detectivesca-. Al terminarla me dijeron que mi narrativa era clara, que la obra tenía suspenso, etc. Que estaba bien y que siguiera con el mismo estilo narrativo (que dista un poco del que suelo usar). Pero entonces me hicieron una pregunta… y ahí comenzó el debate.

¿Por qué tu obra está basada en Nueva York y no es Santiago (Capital de Chile)?.

Bueno… para qué contarles la pelea que se armó. Mi profesor es un señor de unos cincuenta años que se ve que adora la patria, y yo soy una joven escritora que lo único que desea es viajar.

Me preguntó con qué autoridad yo podía escribir de una ciudad que no conocía. Y mi respuesta fue simple, pero precisa…

… con el poder de la imaginación.

Y es que me dio entre rabia y risa que quisieran coartar el argumento de mi novela. Nadie más que yo, como su autora, puede saber por qué y bajo qué criterio utilizo una u otra ciudad, y no tengo necesidad de conocerla para escribir de ella.

¿Dónde queda la libertad que significa escribir?. ¿Acaso me veré limitada de por vida a escribir un libro con protagonistas de mi nacionalidad?. ¿Por qué no puedo escribir de lo que se me dé la gana, acaso hay reglas que me prohíban hacerlo?

Mientras la historia tenga un argumento y coherencia nadie me puede decir que cambie su proceder. Si Kafka fue capaz de escribir Metamorfosis, o Jane Austin pudo transcribir con precisión las andanzas de la clase alta londinense, aún siendo ella una mujer apartada de dicha sociedad, ¿por qué no puede yo relatar acerca de la vida en una de las ciudades más Cosmopolitan del mundo?

La libertad de expresión comienza en uno mismo, sin dejarnos oprimir por los pensamientos de los demás. Es justamente cuando alguien nos quiere arrebatar una idea y cambiarla a algo que no nos interesa cuando debemos demostrarles que en el mundo de la creatividad todo se puede…

Si Duchamp es considerado artista de renombre (sin menospreciar “La fuente”, claro está): ¿Por qué una novela mía basada en NY no podría ser arte también?.

Mientras queramos crear cosas originales… ¡que nada nos detenga!. Es en hacer donde está la fuerza… en la imaginación, en la creación y en la determinación.

Porque todos tenemos un artista en nuestro interior: No debemos permitir que nadie nos diga lo contrario.

Un beso de protesta.
Ember.

6 comentarios:

Anónimo | 8 de octubre de 2008, 18:37

Pues muy bien dicho, es tu historia y tu decides si quieres ponerla en New York, Londres o el Triángulo de las Bermudas.

Caray, las cosas que se ven hoy en día.

TILDITA | 8 de octubre de 2008, 18:49

Habría que preguntarle a este señor, si le preguntaría a Ray Bradbury que criterio utilizó para escribir Cronicas Marcianas; y ni hablemos de El Principito...
Qué pesado!!!!
Besos!

EnI | 8 de octubre de 2008, 20:03

lamentablemente algunos de los profesores con mas experiencia en la docencia en chile son los mas cabeza dura y cerrados en cuanto a "abiertos de mente" se trata. ( tengo varios de esos especimenes en mi facultad... y es desagradable ver como te limitan a los que ellos creen correcto.. por " la vieja escuela".

creo que debes seguir con lo q pienses por que despues de todo los limites los pones tu, asi comolos personajes, y las ciudades.

no te pueden decir que crear... eso es impensable...

mi humilde comentario.

Anónimo | 9 de octubre de 2008, 12:55

Acaso la Rowling no podía escribir sobre Hogwarts porque nunca había estado allí? O C.S. Lewis no podía escribir sobre Narnia?

Además de historias de lugares inventados, han salido varios autores que han escrito sobre lugares que no conocen. ¿O la Isabel Allende alguna vez ha andado en la punta de un cerro en el Tibet? No lo creo...

¿Porqué necesariamente tenemos que escribir sobre nosotros mismos? El mismísimo Tolkien decía que los cuentos de hadas nos ayudaban a ser más felices (no a los niños, a los adultos!!), renovar nuestros valores, alejarnos del mundo duro por un rato, respirar nuevos aires para volver a la lucha diaria... si quieres leerlo, aunque es bien denso como la cabezota de Tolkien, está en el libro "árbol y hoja", junto con un cuento suyo buenísimo.

ánimo!! si él piensa así, mejor que se actualice, y no le impida el paso a las nuevas generaciones =P

saludos!! y te mando todo mi apoyo!!

Manara

El Pantano de Fiona | 9 de octubre de 2008, 14:20

ese señor poco creativo se pierde infinitas expriencias
o sa es un tarado............!¡si que cerrado!....ember ud siga escribiendo........sobre lo que se le cante ,sobre lo que su corazon dicte.
aca en el pantano haciendo pancartas para ir a protestar
fiona

Ginna Isabella Ryddle | 10 de octubre de 2008, 16:38

¡A palos contra el cerrado ese!
hahaha...vale... mejor una visita de las Mortigafas...que descarriadas dn mas miedo que el mismo Voldy....hahaha...
Beso
Ginna

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