jueves, 15 de mayo de 2008

Mal Sueño





La pieza estaba oscura, a excepción del az de luz de luna que se colaba por la cortina. Caminé en puntillas a través de la habitación, evitando tropezar con las velas apagadas que había dejado alrededor del libro que estaba leyendo antes de dormir. Me acerque a la puerta y la abrí, miré con cuidado y decidí salir al corredor, ya que el golpe seco y el grito agudo que había escuchado perturbaban mi mente.


El pasillo angosto reflejaba al final una tenue luz que provenía de abajo, mis pasos eran cortos y temerosos, debía bajar, la curiosidad me mataba, pero la inseguridad también se aferraba a mis sentidos.


Estaba escrito que alguna noche aparecería y trataría de matarme, pero estaba preparada para enfrentarla, toda mi vida el mundo entero me había preparado para aquello.
Bajé las escaleras y tomé con mi tiritona mano el metal frío, de a poco el suceso fue asomándose a mi ángulo de visión. En el fondo de la estancia había una sombra, quieta y casi transparente que hablaba en un leve susurro con el dueño del lugar; su rostro expresaba terror, un terror inhumano, mientras que con sus coloradas manos jugaba con un salero rústico.
Corrí sin pensarlo, con arma en mano, hacia el ser incorpóreo que estaba de pie e intenté atacarlo con una carga eficaz y una ira incontrolable emanando de mis ojos. Mi golpe fue exacto y gracias a mi fuerza mi espada quedo enterrada en la frágil madera de la pared; Al intentar sacarla para asestar una segunda abatida me di cuenta que la sombra ya no estaba y que el cantinero junto a su mujer me miraban con cara de asombro.


Sentí vergüenza mientras mi respiración acelerada se hacía escuchar cada vez más fuerte. Bajé la vista y tirando con toda mi energía logre desenterrar la espada. Sin mirar a la pareja subí arrastrando mis pies y llorando por frustración camine hacia mi alcoba.
Pensé que lo tenía, dejé en el aire todos mis temores y con paso firme me dispuse a atacar- reflexionaba- pero mis esperanzas por encontrarla y aniquilarla hicieron que aquella noche viera ilusiones y actuara como una completa desquiciada... todo el pueblo se enteraría que la mujer que acompaña al grupo de viajeros esta loca y, para rematarla, ¡era sonámbula!.
Recorrí el pasillo de vuelta e imaginaba las risas y el desprecio de mis compañeros a la mañana siguiente cuando se enteraran de mi “aventura” contra mi imaginación, si ya me veían en menos por ser mujer qué pensarían después de saber lo sucedido.
Abrí la puerta de mi pieza y por distraída pise una de las velas, la que al caer contra el suelo se rompió y partió en dos. Llegué junto a mi cama y me acosté, dejando mi espada a mi lado, tal como siempre lo hacía por seguridad, me quedé en completo silencio tratando de calmar mi enojo y de a poco fui cerrando los ojos hasta quedarme profundamente dormida...




Ahora es cuándo preguntan... ¿Qué es esto?.




Les respondo: Es una historia que escribí hace... cuatro o cinco años, probablemente. Y que encontré en una carpeta y la quise compartir...


Seguramente tiene unas cuantas faltas, pero bueno.. tenía quince o dieciseís años en aquella época!




Un besote a todas mis PPC!




Ember...


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