viernes, 30 de mayo de 2008

Capítulo I parte A: Día de furia.


Hola queridos lectores. Escribo para contarles que Embercita y yo nos hemos puesto en campaña para lanzar un libro propio (cada una por su cuenta). Ella ya tiene lista su historia y está en proceso de edición. Lo mío está aún escribiéndose, para variar (como estoy acostumbrada a hacer varias cosas, estoy escribiendo dos historias a la vez, sin terminar ninguna aún... si seré bruta).
En fin. He decidido dejarles, por partes, el primer capítulo de una de ellas sin revisar. En seco, el esqueleto, para conocer sus opiniones. Quizás más adelante me anime a hacer lo mismo con la segunda historia, que conocen las niñas del PPC y hoy comencé a escribir.
Sin más preámbulos, los dejo. (La historia aún no tiene nombre)
I - Día de furia (Parte 1)
Una de las hojas del cerezo que servía de su sombra cayó sobre su ojo izquierdo, despertándola con su suave roce.
Alzó la mano derecha para despejar su vista, abriendo perezosamente los ojos, que comenzaron a arder al enfrentarse a un cielo enrojecido producto del atardecer. Estiró sus extremidades hasta que sonaron un par de huesos, encogiéndose de inmediato para poder tomar asiento. Un profundo bostezo capaz de tragarse todo Santiago nació de sus labios, los cuales no tapó ignorando deliberadamente las reglas de la buena educación. Ladeo suavemente su cuello de izquierda a derecha y rascó sus ojos con las manos empuñadas.
Una pareja que circulaba por ahí la miraba con curiosidad, recién despertando de una – aparente – plácida siesta debajo de un árbol, al medio del parque, con su terno notablemente caro manchado producto de la clorofila del pasto. La mujer les devolvió la mirada con un semblante inexpresivo, ante lo cual, la pareja prosiguió su rumbo sin mirar atrás.
¿Qué acaso uno no puede dormir donde se le plazca? Pensó molesta.
El parque Oriental era un oasis dentro del desierto gris, ya que lo único que existía a su alrededor eran rascacielos, calles y cemento. Los árboles de aquél parque se encontraban en perfectas condiciones, como si cada hoja y rama fueran detalladamente cuidadas. El pasto tenía un brillante color verde y se podía ver una fuente de agua rodeada de una amplia gama de flores. Era su lugar favorito; un sitio donde solía ir a pasear o a leer un libro bajo la sombra de algún árbol benefactor.
Se hincó unos segundos para tomar fuerzas y luego se puso de pie al mismo tiempo que articulaba un suspiro. Después de un momento de inercia, la repentina ausencia de luz solar le recordó que debía volver a casa, sin embargo, como aquél que cae de sopetón a una piscina fría, recordó....
Aún no podía creer lo que a escasas cuatro horas había ocurrido. Ayer tenía un empleo envidiable, cierto prestigio dentro del campo laboral para su corta edad y su sueldo era bastante generoso, permitiéndole llevar una vida holgada sin mayores preocupaciones. Pero algo sucedió; un ataque de ira súbito desencadenado por una sucesión de circunstancias desafortunadas provocó que se encontrara tal cual estaba ahora. Sola, sin trabajo y considerada una persona que necesita de manera imperiosa un tratamiento psiquiátrico.
Mentalmente trataba de justificarse: hace un año que no dormía bien, su vida social ascendía a la generosa cantidad de cero y en realidad, su trabajo no la satisfacía personalmente, por el contrario, la estresaba a tal punto de que gracias a él se había hecho dueña de un bello tic en el ojo izquierdo cada vez que se ponía nerviosa o angustiada. Pero todas aquellas razones no la hacían sentir menos mal, porque en definitiva, no lamentaba tanto el haber renunciado, sino la manera en que lo hizo, su falta de autocontrol y su escasez de inteligencia emocional.

Toda su tragedia griega particular comenzó desde muy temprano...
Se quedó dormida - ya que la noche anterior trabajó hasta la madrugada-, mientras se duchaba se acabó el gas, le sacaron un parte por exceso de velocidad – el cual se debía precisamente a haberse quedado dormida -, se le derramó café sobre su escritorio repleto de papeles importantes y se tropezó a la entrada del edificio de su oficina rompiendo el taco de su zapato derecho... pero nada de eso la enfureció tanto como ensartarse accidentalmente un corchete en el dedo. Eso acabó con su paciencia y su capacidad racional – volitiva.
De ahí en adelante todo era borroso.
Recordó haber maldecido y pateado cada escritorio o puerta que se le cruzaba en el camino, apuntado con el índice a la secretaria gritándole lo incompetente que era, pegarle un puñetazo a la pared para luego ver como sus nudillos despedían un hilillo de sangre, lanzar la taza del café – que anteriormente había derramado – contra la entrada de la recepción y haber sido interceptada por una tropa de compañeros de trabajo.
Fue en ese entonces cuando lo vio...su jefe, “the big boss”. Un sujeto de tez blanca, pelo y ojos café, cuyo diámetro sobrepasaba el de una persona de nutrición relativamente sana. Tenía una mirada atónita y una expresión de sorpresa que le deformaba el rostro en una extraña mueca, como si estuviera oliendo mierda, aunque para ella, siempre había sido deformado al momento de demostrar alguna emoción en su patético rostro regordete.

- Pero... pero... ¡que cresta sucede aquí!- chilló histérico.

Todos se apresuraban a dar su versión de los hechos, excepto ella, y tampoco hubiera sido necesario. Las voces se atropellaban entre si y daban un resultado ininteligible y confuso, demostrando la adrenalina y la tensión que en ese instante se respiraba. Un ambiente que se podía cortar con cuchillo de mantequilla.

- ¡Silencio! – Gritó poniéndose completamente colorado - ¿Qué diablos te pasó Blanca? ¿Qué cresta pasó acá?

Ella sólo lo miró. Nunca se había sentido indiferente e insensible ante una situación tan embarazosa. Luego, soltándose de los brazos que la detenían – los cuales no opusieron mayor resistencia - caminó hacia él, quien parecía estar retrocediendo sigilosamente, hasta que inevitablemente quedaron frente a frente.
- Creo que no me levante con el pie derecho señor.
- ¿Crees que eso justifica tu deplorable actitud? – replicó recuperando los colores. Él estimaba mucho a Blanca, pero no podía dejar pasar los inauditos hechos acontecidos unos segundos antes deque él interviniera.
- No señor. – dijo ella con desgano e indiferencia – Y la verdad, tampoco me importa si son justificados o no... señor – agregó mirándolo directamente a los ojos.
- ¿Qué quieres decir con eso? – preguntó ceñudo
- Que lamentablemente, ya no me siento a gusto en este lugar Eduardo – respondió tomándose el gusto de tutear a su jefe y esbozando una pequeña sonrisa por ello.
- Pues entonces ¿por qué razón sigues aquí, eh? Si querías salirte del estudio solo debías renunciar ¡y no armar semejante escándalo! – gruñó con furia, esperando que esa amenaza encubierta hiciera que Blanca recuperara el sentido común y dejara de hablar sandeces.
- ¿Sabes Eduardo? Tienes toda la razón.

Dicho esto, Blanca caminó lentamente hacia su oficina y procedió a colocarse su abrigo y cartera. No quiso llevar nada más, nada que tuviera que ver con esa compañía le interesaba, sólo su portátil.
Salió ante las miradas inquisidoras de sus – ahora – ex compañeros de trabajo, incluso la señora del aseo estaba pendiente de cada movimiento sosteniendo firmemente su plumero, como si estuviera esperando que le sirviera de arma en caso de extrema necesidad. La gente se quitaba automáticamente a su paso, como si nadie quisiera ser un obstáculo para su salida. Ella formó una mueca parecida a una sonrisa en su rostro.... pensó en lo intimidante que podía llegar a ser y lo importante que se debió sentir Moisés al separar las aguas del mar muerto... claro, en el supuesto de que ella fuese creyente y se tragara todo esa basura.
Blanca literalmente cerró la puerta por fuera. Pero no le importó. En ese momento nada importaba; ni que su futuro profesional pendiera de un hilo, ni que había perdido su fuente de ingresos, ni los daños que provocó a la propiedad privada. Sus pasos inertes se dirigieron a su amado parque Oriental, y al llegar ahí, se recostó bajo un cerezo, cerró los ojos y soñó...

Continuará.....

3 comentarios:

C. | 31 de mayo de 2008, 23:33

FERU!!!
Me encantó! amé la primera parte (es de ñla historia que me contaste en la U verdad?).
Felicitaciones mujer, porque tú fuiste capz también de "mandar a la mierda todo" y ponerte a escribir, cosa que sabes hacer de sobra bien!
Espero que sigas adelante con tus escritos y que concretes esos sueños locos de que tienes.
Jajajajja ya veo que un día efectivamente hacemos eso luego de un agotador día de trabajo, o de un año como la misma... tarde o temprano llega el momento de explotar y hacer simplemente ka-búm sin importar lo que el resto opine.
Tal y como se lo digo a Ember, siento cierta envidia de su atrevimiento, de esa fuerza pa sacar lineas y ponerse simplemente a escribir, es esa constancia y fuerza las que les va a permitir ser grandes escritoras.
Está muy bien redactado, pero un solo pequeó detalle: tiene palabras muy rimbombantes xD guajajaj obvio que no... na, el detalle es que quizás tiene muchas comas (pfff, es como decirte "tiene muchos puntos seguidos") xD lo sé, pero es que Ember me tiene total y absolutamente traumatizada con eso aunque yo uso más comas que tú! (aunque tal y como tú misma dices: eso es cosa de cada autor).
Excelente trabajo Mad, esper seguir viendo tus avances y espero que para Agosto puedan encontrar una editorial igual me quiero leer el libro antes, vale?).
Besotes de chocolate y abrazos cósmicos para ti ^^
fuerza en tu libro y tus fics.
Fuerza cn tu ida laboral, no sea que vayas a hacer lo mismo que Blanca (aunque esa es feru nº2 jajaj algo así, no?)

Baci!!

ps: que onda lo largo! el medio testamento!

Lady E | 1 de junio de 2008, 17:58

APROBADO!!!!!!!!


muchisiiimos deditos virtuales y un gran TERMINALO de mi parte.

Lo de Blanca me sonó a autoreferencia, es que vamos.. te comprendo, que ganas de mandar TODO A LA MIERDA.

Y Santiago?, vamos que se puede!, mi libro también está basado en Chilin!

Ya sabes, yo leeré todo lo que escribas (si matas a Draco, quizás deje de hacerlo... pero sé q no lo harás- sí, es una amenaza xD-)

Se te quiere!!!!!!

Ember.

Nemeslith | 10 de agosto de 2009, 18:20

Llegué tarde a este blog así que te lo comento ahora xD. Me gusta como empezaste la historia. Está claro que escribes genial (iba a poner una burrada, así que esto es un simple eufemismo cutre). Sin embargo, creo que para darte una buena crítica es imprescindible que te diga lo que no me gusta del texto: es demasiado... cargado. Está un poco forzado. En mi opinión, tiene frases demasiado largas y el texto se hace denso.
Bueno, mi opinión importa poco porque no soy ninguna entendida y quizá me esté equivocando. En realidad lo que tengo es envidia cochina por tu calidad de redacción xD.
Cuídate y continúa tu historia.